
Siempre he creído que el arte tiene el poder de transformar espacios y experiencias. Cuando Massimo Dutti me contactó para integrar mis cuadros texturizados en sus tiendas, supe que era una oportunidad única para explorar nuevas dimensiones en mi trabajo artístico. El mundo del retail ha cambiado profundamente en los últimos años - ya no se trata solo de exhibir productos, sino de crear experiencias que conecten emocionalmente con las personas.
La fusión entre arte y retail
Massimo Dutti entendió perfectamente esta nueva realidad cuando lanzó su iniciativa Art in Progress, buscando integrar el arte como elemento esencial en sus espacios comerciales. Tras más de 25 años dedicándome a los acabados decorativos y desarrollando mi propio lenguaje artístico a través de las texturas, he aprendido que cada espacio tiene su propia personalidad. Para las tiendas de Massimo Dutti, mi objetivo fue crear piezas que no solo embellecieran el entorno, sino que dialogaran con él, formando parte de la narrativa que la marca quiere transmitir.

Las texturas siempre han sido las protagonistas de mi obra. Para mí, son un lenguaje en sí mismo, capaz de comunicar sensaciones y emociones que van más allá de lo visual. En mi trabajo para Massimo Dutti, he utilizado principalmente:
Pigmentos naturales inspirados en óxidos metálicos y tierras minerales
Aplicaciones de metal líquido como bronce, cobre o latón, que aportan dimensión tridimensional
Morteros a la cal para crear superficies rugosas que invitan al tacto
Cada espacio, una historia única
En la tienda de Barcelona, situada en el emblemático Paseo de Gracia, trabajé estrechamente con el equipo de diseño para crear piezas que aprovecharan la extraordinaria luz natural que inunda el espacio. Mis cuadros fueron estratégicamente ubicados para capturar y reflejar esa luz, creando un ambiente cálido y acogedor que invita a los clientes a recorrer la tienda de una forma más pausada, más consciente.

Para la tienda de Ibiza, la inspiración vino de la filosofía Wabi-Sabi y la estética mediterránea. Aquí creé texturas que evocan la imperfecta belleza de lo natural, en perfecta sintonía con el entorno isleño. El resultado es un espacio que respira autenticidad y conexión con el lugar, alineándose perfectamente con los valores de la marca.
El proceso creativo detrás de cada obra
Mi proceso creativo siempre comienza con una inmersión profunda en el espacio y en la identidad de la marca. Con Massimo Dutti, fue fundamental entender ese equilibrio entre sofisticación y accesibilidad que tanto los caracteriza. Pasé días observando cómo los clientes se movían por las tiendas, cómo interactuaban con el espacio, qué zonas captaban más su atención. A partir de ahí, empecé a desarrollar muestras y prototipos, trabajando mano a mano con el equipo de diseño hasta conseguir exactamente el efecto deseado.

La sostenibilidad es otro aspecto fundamental en mi trabajo. Siempre he creído que el verdadero lujo debe ser responsable con nuestro entorno. Por eso, trabajo principalmente con materiales naturales y técnicas eco-friendly que minimizan el impacto ambiental. Esta filosofía ha conectado perfectamente con la dirección que Massimo Dutti ha tomado en los últimos años hacia una moda más consciente y duradera.
De Valencia al mundo: el reto de los 800 cuadros
Una de las anécdotas que más recuerdo de esta colaboración fue cuando me pidieron crear 800 cuadros para sus escaparates. Fue un reto monumental que me permitió llevar mi obra a una escala que nunca había imaginado. Cada pieza era única, pero todas formaban parte de una narrativa común que se desplegaba a lo largo de diferentes tiendas en distintas ciudades.

Ver cómo mi trabajo viajaba desde Valencia hasta Roma, París o Dubai, adaptándose a diferentes espacios pero manteniendo su esencia, fue una experiencia tremendamente enriquecedora. Este proyecto me dio la oportunidad de demostrar que el arte puede tener un impacto global sin perder su identidad y su capacidad para conectar con las personas a nivel individual.
El arte como puente emocional
Lo que más me satisface de mi colaboración con Massimo Dutti es comprobar cómo el arte puede ser un puente entre el mundo comercial y el mundo emocional. Cuando diseño una pieza para una de sus tiendas, no estoy pensando solo en crear algo estéticamente agradable; estoy pensando en cómo esa pieza va a interactuar con las personas, qué emociones va a despertar en ellas.

La experiencia de ver mis obras integradas en espacios tan cuidadosamente diseñados ha sido inmensamente gratificante. Ha supuesto un nuevo capítulo en mi carrera, permitiéndome explorar nuevas posibilidades creativas y llegar a un público más amplio. Pero más allá de los logros profesionales, lo que realmente valoro es haber podido contribuir a crear espacios que inspiran, que invitan a la contemplación en medio de nuestro ajetreado día a día.
Para quienes se dedican al diseño de interiores o al retail, mi consejo es no subestimar el poder del arte para transformar un espacio y la experiencia que se vive en él. Un cuadro no es solo un elemento decorativo; es una ventana a nuevas emociones, a nuevas perspectivas. Y en un mundo cada vez más digitalizado, esas experiencias tangibles, esas texturas que podemos ver y casi tocar, esos colores que cambian con la luz, son más valiosas que nunca.
Mi colaboración con Massimo Dutti continúa, y con ella mi exploración de cómo el arte puede elevar el diseño retail a nuevas dimensiones. Cada proyecto es un nuevo reto, una nueva oportunidad para seguir evolucionando como artista. Porque al final, como siempre digo a mis clientes, "si no encuentras la inspiración, utilízame como herramienta para obtener los mejores resultados."
Daniel Perandres, formador certificado de VeroMetal® en España, lleva más de dos décadas transformando espacios para marcas internacionales de lujo y clientes privados que buscan algo extraordinario.
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