MANIFIESTO DEL METAL
Daniel Perándres
I.
El metal es la materia prima de los sueños industriales, la sustancia que fluye entre los dedos del tiempo como mercurio líquido. Declaro, ante todo, que el metal no es prisionero de su forma sólida, sino un espíritu libre que anhela transformarse.
II.
En el más puro acto de alquimia moderna, nosotros, los artesanos del metal, rechazamos la tiranía de la solidez. El bronce, el cobre, el latón, no son más que estados temporales de la materia, esperando ser liberados de su rigidez ancestral.
III.
La verdadera revolución del metal yace en su capacidad de metamorfosis. Como el surrealismo liberó a la mente de sus cadenas racionales, nosotros liberamos al metal de sus cadenas físicas. Lo convertimos en piel líquida que abraza cualquier forma, cualquier sueño, cualquier superficie.
IIII.
Declaramos que:
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El metal no conoce límites más allá de la imaginación
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Cada superficie es un lienzo esperando ser metalizado
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La oxidación es poesía escrita por el tiempo
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Las pátinas son los sueños del metal hechos visibles
V.
Rechazamos la dicotomía entre lo industrial y lo artístico. En nuestras manos, el metal es ambos: es la dureza del acero y la suavidad del mercurio, es la frialdad del hierro y el calor del bronce patinado, es tecnología y es poesía.
VI.
El VeroMetal® no es una simple técnica, es un portal entre estados de la materia, un puente entre lo sólido y lo líquido, entre lo rígido y lo fluido, entre lo real y lo imaginado. Es la materialización de la libertad del metal para ser lo que siempre ha soñado ser.
VII.
Nuestros acabados son documentos automáticos del subconsciente material. Cada textura, cada pátina, cada reacción química es una confesión espontánea del metal revelando sus secretos más íntimos.
VIII.
Como los surrealistas buscaban liberar el inconsciente, nosotros liberamos la esencia oculta del metal. Lo invitamos a fluir, a trepar por las paredes, a envolver los objetos, a susurrar sus secretos metálicos en las superficies más inesperadas.
IX.
El futuro no está en la solidez sino en la fluidez. No está en la permanencia sino en la transformación. El metal líquido es el mensajero de este futuro, y nosotros somos sus profetas y sus poetas.
X.
Este es nuestro compromiso con el metal: liberarlo de las restricciones de su forma tradicional, permitirle soñar nuevas formas, nuevas texturas, nuevas posibilidades. En cada gota de metal líquido hay un universo de posibilidades esperando ser descubiertas.
Daniel Perandrés
Alquimista del Metal y el Mortero
