El futuro de los materiales en arquitectura: Menos estandarización, más arte.
- Daniel Perandrés
- 2 may
- 5 Min. de lectura
Hace unos días, durante el montaje de una una nueva pieza en mi estudio, un amigo arquitecto me preguntó qué ha cambiado en estos 25 años que llevo convirtiendo paredes en obras de arte.

Le respondí con una sonrisa: "Todo y nada". La técnica evoluciona constantemente, pero nuestra necesidad de tocar, sentir y emocionarnos con lo que nos rodea sigue intacta.
Cuando las paredes cobran vida
Si algo he aprendido trabajando con acabados para firmas como Louis Vuitton, Loewe o Massimo Dutti, es que una superficie nunca es "solo una pared". Es la primera impresión que recibe el cliente, es lo que toca con sus manos, es lo que completa la experiencia de un espacio.
En 2025, estamos viviendo un punto de inflexión fascinante.
Después de años de superficies minimalistas, impolutas y casi clínicas, hay hambre de textura, de imperfección controlada, de acabados que cuenten historias. No es casualidad que arquitectos con los que he colaborado en proyectos recientes me pidan expresamente "algo que no parezca industrial", "materiales que envejezcan con dignidad" o, como me dijo uno recientemente, "quiero que cuando alguien toque esa pared, sienta algo".
La revolución táctil que viene
Lo llamo "la rebelión contra lo plano", y está transformando completamente el panorama de los materiales arquitectónicos. Las texturas están dejando de ser un elemento decorativo secundario para convertirse en protagonistas que definen la personalidad de un espacio.

¿Has notado cómo en los nuevos espacios comerciales casi te invitan a tocar las paredes? No es accidental. En un proyecto reciente para una flagship store en Madrid, el briefing era claro: "queremos que la gente sienta la necesidad de acercarse y tocar". Esa es la dirección que está tomando el diseño: de lo visual a lo táctil, de lo estándar a lo artesanal.
VeroMetal®: Mi romance con el metal líquido
Entre todos los materiales con los que trabajo, tengo una debilidad especial por VeroMetal®. Cuando lo descubrí, entendí que estaba ante algo revolucionario. Este metal líquido frío permite hacer lo imposible: aplicar una capa auténtica de metal sobre cualquier superficie y forma.

Recuerdo la cara de incredulidad de un arquitecto cuando le mostré una sinuosa pared de yeso acabada en bronce que parecía fundido. "¿Esto es metal de verdad?", me preguntó tocándola con asombro. Sí, lo es. No una imitación, sino metal auténtico con todas sus propiedades y carácter, pero aplicado de una manera que desafía lo convencional.
Lo fascinante es que este material nos permite usar hasta un 90% menos de metal que las aplicaciones tradicionales, lo que conecta perfectamente con otra gran tendencia para 2025: la sostenibilidad con personalidad.
Sostenibilidad que emociona (por fin)
Durante años, lo sostenible se asociaba a lo aburrido, lo plano, lo falto de carácter. Por suerte, esto ha cambiado radicalmente. Los morteros a la cal y materiales cementosos que utilizo tanto en mis obras personales como en proyectos comerciales son ejemplos perfectos: materiales milenarios, sostenibles por naturaleza, con posibilidades expresivas prácticamente infinitas.

En un hotel boutique en Valencia, acabamos de terminar una pared principal combinando mortero de cal y pigmentos naturales que ha quedado con una textura que parece "tierra erosionada por el viento". Sostenible, sí, pero también con una personalidad única imposible de replicar industrialmente. Ese es el futuro que estamos construyendo: materiales responsables que no renuncian a la expresividad.
Del catálogo a la pieza única
Si tuviera que definir en una frase el gran cambio que estamos viviendo en el mundo de los acabados arquitectónicos, sería este: pasamos del catálogo cerrado a la pieza única.
Las viviendas y espacios comerciales premium con los que trabajo ya no aceptan soluciones estándar. Cada proyecto, cada espacio, cada superficie requiere un tratamiento único que refleje su esencia particular. Como me dijo un cliente recientemente: "Daniel, no quiero que mi casa se parezca a ninguna otra".
Esta tendencia está transformando la relación entre arquitectos, propietarios y especialistas como yo. Ya no se trata sólo de elegir entre opciones predefinidas, sino de co-crear soluciones específicas que cuenten historias únicas.
Mi "Zoom de 20": Del fragmento al todo
Para entender mejor esta nueva sensibilidad, me gusta hablar del concepto "Zoom de 20", que surgió casi por accidente. Un cliente vio una pequeña sección de una composición de 5 piezas que había creado y me pidió ampliar solo esa textura específica para su espacio. El resultado fue tan impactante que comencé a desarrollar toda una línea de obras basada en este concepto: magnificar detalles que normalmente pasarían desapercibidos.

Esta metáfora refleja perfectamente el cambio que estamos experimentando: la atención se desplaza del conjunto homogéneo al detalle significativo, de la uniformidad a la textura individual que aporta carácter y alma. No es casualidad que mis obras de este tipo sean precisamente las más solicitadas para espacios arquitectónicos que buscan diferenciarse.
Materiales que cuentan historias
Si algo tengo claro después de todo este tiempo trabajando con superficies, es que un material no es solo un revestimiento, es un narrador. Los acabados que aplico hoy están diseñados para evolucionar con el tiempo, para envejecer con dignidad, para contar la historia del espacio y de quienes lo habitan.
Un acabado de VeroMetal® en bronce desarrolla una pátina única según cómo se use el espacio. Un mortero a la cal respira y cambia sutilmente con las estaciones. Estas no son imperfecciones, son capítulos de una historia material que se escribe día a día.
Me gusta pensar que, en tiempos donde lo digital nos aleja del contacto físico, estos materiales vivos nos reconectan con nuestra dimensión táctil, con nuestra necesidad innata de tocar y sentir. Son, a su manera, pequeños actos de resistencia contra la virtualización de la experiencia.
2025: El año en que las superficies cobraron vida
Si tuviera que hacer una predicción sobre lo que veremos este 2025 en el mundo de los acabados arquitectónicos, sería esta: menos perfección impoluta, más carácter auténtico; menos frialdad industrial, más calor artesanal; menos estandarización, más personalidad.
Los espacios que construyamos no se distinguirán solo por su estructura o distribución, sino por cómo sus superficies interactúan con nuestros sentidos, por cómo sus acabados cuentan historias únicas, por cómo sus texturas nos invitan a una experiencia táctil en un mundo cada vez más digital.
Después de 25 años dando vida a las paredes, puedo decir que nunca ha sido un momento tan emocionante para trabajar con materiales y acabados. La tecnología nos da nuevas herramientas, pero la mano sigue siendo insustituible. Y en ese equilibrio entre innovación y tradición, entre técnica y sensibilidad, es donde encuentro la verdadera magia de mi oficio.
¿Estás preparado para redescubrir el poder de la textura en tu espacio? Porque yo estoy listo para seguir creándola.
Daniel Perandrés Lafuente es artista y especialista en acabados decorativos de alta gama. Con más de 25 años de experiencia, ha desarrollado proyectos para marcas como Louis Vuitton, Loewe, Chanel y Armani, entre otras. Formador certificado de VeroMetal® en España, actualmente dirige Perandrés Design y desarrolla su obra artística centrada en texturas y acabados metálicos. Más información en www.danielperandres.com
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